viernes, 10 de mayo de 2013

Sin mares



No hay mar al que asomarse
ni conchas por las que restregar el olvido.
Las ganas de exorcizar tu recuerdo sólido
languidecen en la complicidad de mi vigilia
falsa, en el tormento de mi declinar fingido.
Ahora que me arrebataron la costa
se extinguieron los matices de la paleta,
se atrofiaron los sentidos que me permitían distinguir
los azules de los verdes, el agridulce de lo amargo.
Sol licuado tus ojos a lo lejos.
El deseo reprimido se esteriliza en los surcos
de las comisuras de los labios, muere en las arrugas
tempranas de los senos.
La certeza del sur en los cuadros del pasillo
me persigue en una nostalgia repudiada y silenciosa.
Volver al sur, al mar, volver a ti.
Busco en esta ciudad esquiva y canalla
una palabra que evoque el cian de mi cielo,
decir que me acuerdo de ti sin atragantarme.

Rocío Rubio

Del poemario Gótica ninfa

2 comentarios:

  1. Un poema que convoca a la dualidad de la lejanía: una búsqueda de objetos para combatirla; un combate que por los objetos no se termina.

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  2. Perfectamente explicado, Kurt. Es difícil desprenderse de las connotaciones que arrastran los objetos.

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