domingo, 23 de junio de 2013

Mi tempestad




Nadie vendrá a interrogarme.
Aunque el homicidio literario
desangre la oda póstuma
y la muerte acuda de puntillas
para amortajar el cadáver bello.
A nadie le importará la punzada
sobre predicados incompletos,
precoces en la pasión que se quedó
sin terminar. Sin escribir.
El insulto se derrite hasta correr
por el collage de mi nombre,
encharcando todas las letras.
Y los verbos se rebelan para
seguir invocándote.
No merece la pena tapar el
pozo de los halagos prohibidos,
ni pasar a navaja los lóbulos
que acogieron nuestro aliento.
Mejor será pactar con la tormenta
y dejar las ansias en el aire.

Rocío Rubio

Del poemario Retales de una pasión incompleta 

jueves, 6 de junio de 2013

Actores sin vocación


La función de las miradas rígidas
terminó por derribar el escenario.
La función de las lenguas cohibidas
se quedó sin público y sin butacas.
El teatro de cristales melancólicos
quemó las cortinas para poner en evidencia
nuestra más patética interpretación.
Nuestro sainete sin gracia.
Y ahora, sal a saludar a los bastardos.
Brinda con el coñac de los perdedores
por una reposición sin disfraces.
Porque di, ¿qué nos queda por ocultar,
si no es la dulce estupidez de los que
evitan como un incendio su pasado?
Pirómanos de una nostalgia lejana
que jamás volveremos a encontrar.
No dejes de sonreír ante el aplauso.
No dejes la ternura estúpida del actor
Que se encuentra ante el peor papel
de su vida. Nadie te despedirá
de la función: solo los ojos
que alguna vez quisieron seducirte.
Pero el lagrimal murió, disecado,
en el charco de las pestañas movedizas.
No dejes de saludar a tu público.
No dejes de odiarme en los días románticos. 

Rocío Rubio

Del poemario Retales de una pasión incompleta

martes, 4 de junio de 2013

Nada nuevo



Escribo incongruencias cuando
el frío viene a robarme la sábana.
La voz, tu voz, entre la tiranía
y la congoja, viene a imponerme
el olvido de tu carne, a decirme
que no sirvió de nada la espera.
Escribo con un tercio del corazón
cuajado de úlceras, enfermo de
exponerse a tantos vendavales.
Y no sé si es esta voz o mi demencia
la que solapa palabras.
La frase que abrirá un zulo
en la inteligencia malva de tus sienes.
Sólo tengo el codo irredento
que sostiene babelianas ideas.
Tu corazón ya lo perdí hace tiempo. 

Rocío Rubio 

Del poemario Retales de una pasión incompleta.