domingo, 19 de mayo de 2013

Aborrecer la música


Aborrezco la música, los pentagramas que escribí
antes de que me traicionaran las musas.
Aborrezco todas las vocales que me llevan a ti.
El fantasma de tu nombre gravita orgulloso
en esta habitación sin ventanas:
llora antiguas canciones retenidas
para siempre en la telaraña de mis neuronas.
Hoy me reconozco débil. No encuentro versos
para cantar a un febrero tan terrible.
Talibanismo musical de mi corazón hostil
que no quiere escuchar ninguna nota alegre.
Se burlan de mí las corcheas, 
las redondillas
que danzan sobre la partitura de mi desgracia.
Se conjuran las ninfas para que no deje
de recordarte nunca, como el último resquicio
de mi memoria continuamente asaltada.
Cómo no despreciar la música. 

Rocío Rubio

Del poemario Las corcheas de la desgracia.

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