Condéname, fuera de toda luz,
a vagar por la penumbra de la ignorancia,
a pordiosear la saliva sobrante de los besos.
Pero no me dejes sin el relámpago del párpado,
ese ínfimo segundo que me dedicas cuando
desaparece la conciencia de lo obtuso,
cuando -sin proponérmelo- te siento.
Rocío Rubio
Rocío Rubio
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