domingo, 23 de junio de 2013

Mi tempestad




Nadie vendrá a interrogarme.
Aunque el homicidio literario
desangre la oda póstuma
y la muerte acuda de puntillas
para amortajar el cadáver bello.
A nadie le importará la punzada
sobre predicados incompletos,
precoces en la pasión que se quedó
sin terminar. Sin escribir.
El insulto se derrite hasta correr
por el collage de mi nombre,
encharcando todas las letras.
Y los verbos se rebelan para
seguir invocándote.
No merece la pena tapar el
pozo de los halagos prohibidos,
ni pasar a navaja los lóbulos
que acogieron nuestro aliento.
Mejor será pactar con la tormenta
y dejar las ansias en el aire.

Rocío Rubio

Del poemario Retales de una pasión incompleta 

No hay comentarios:

Publicar un comentario